Al igual que el sentimiento de culpa, el que experimentamos en el ámbito profesional o de trabajo, suele ser un sentimiento de enojo con nosotr@s mism@s. La culpa aparece cuando sentimos que estamos transgrediendo límites propios o estándares establecidos (sociales, laborales, etc.). Cuando sentimos que estamos rompiendo una regla y que, al hacerlo, el resultado es malo. Una situación en la que podría aparecer la culpa sería: pensar que para ser buen profesional hay que ser puntual, entonces si llegás fuera de horario, sentís que estás transgrediendo esa regla, esa transgresión te hace sentir mal y genera la culpa.
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Y vos, ¿solés experimentar el sentimiento de culpa a nivel profesional? Es uno de los más frecuentes y no vamos a pretender desligarnos de él, pero sí se puede gestionar y capitalizar. ¿Querés saber cómo?
La mayoría de las veces no nos detenemos a pensar: ¿qué es lo que me esta generando esta culpa?, ¿qué es lo que me está enojando?, ¿cuál es ese valor, ese límite que siento que estoy transgrediendo? Pero cuando lo analizamos nos podemos conocer mejor y darnos cuenta de que aquello a lo que le estamos subiendo la vara tal vez no lo merece (o sí, y por eso es importante poder chequear si esos valores que tenemos establecidos los queremos seguir sosteniendo). A veces, damos por sentado que aquello que pensamos o creemos es tal como lo pensamos y no hay otra alternativa, y así, en lugar de potenciarnos, nos vamos limitando; por eso, invito siempre a (re)evaluar tus creencias.
Te comparto las preguntas que te podés hacer para ayudarte a gestionar la culpa, a salir de ella y, principalmente, para capitalizarla:
- ¿Cuál fue esa situación puntual que me disparó la culpa?
- ¿Ante qué situaciones empiezo a sentir la culpa en el ámbito laboral? Puntualizalas, bajalas de forma explícita, escribilas si te ayuda a visualizarlas.
- Esas situaciones, ¿qué límite sentís que están transgrediendo? Identificá cuál es el valor que dentro de tu escala estás rompiendo y preguntate por qué lo considerás tan importante. ¿De dónde viene este valor? ¿De mí? ¿Lo aprendí, lo heredé, viene de la sociedad? Esto ayuda a reevaluar esas creencias que damos por establecidas, para confirmar si necesitás seguir conservándolas o si merecen ser modificadas.
- ¿Qué perjuicio causaste y a quién/quiénes, incluido vos, en esa situación? Además, ¿cómo afectó a la persona? Así vas a poder ver si es un valor compartido, para poder modificarlo, o si es solo tuyo y precisás trabajar en eso.
- ¿Cómo podés reparar el perjuicio que sentís que causaste? ¿Podés ofrecer algo a cambio?
Después de haberte escaneado, y con todo el aprendizaje de la experiencia, una de las cosas más importantes que tenemos que hacer es capitalizar lo vivido para anticiparnos a una próxima situación. Para esto preguntate: ¿hay algo que pueda hacer para impedirlo y no volver a hacerlo? Pensá en eso que vos necesitás que pase para perdonarte ante esta transgresión. Una de las cosas más difíciles es perdonarnos a nosotr@s mism@s, por eso es bueno saber qué acciones podemos llevar a cabo para evitar este sentimiento de culpa.
¿Sos una persona culposa en el ámbito laboral? Preguntate, autoescaneate y gestioná este sentimiento.
Por Verónica Salatino, Verónica Salatino, Licenciada en Comunicación (UBA) y Coach Ejecutiva (ICF), Head & Founder de Makana Comunicación Estratégica & Coaching Ejecutivo.